El día después que Federico sintiera el fuerte deseo de Lorenzo éste comienza un nuevo trabajo. Es profesor, en esta ocasión titular, en la misma escuela en la que conoció a Lorenzo. Sonríe al entrar en el mismo lavabo. Es un recuerdo que le gusta aunque también le hace rabia.
--¡maldito maricón¡
Siente un odio que no puede controlar. Frustración, deseo reprimido que no quiere reconocer. Se encuentra con alguien en el pasillo.
--¿tú?
Es una chica. Toda una mujer.
--¿nos conocemos?
Flor se hace la ofendida.
--No me digas que te olvidaste… Aquí mismo… tú y yo…
Federico no la deja continuar. Sonríe.
--sí, recuerdo.
Lorenzo es profesor pero Flor no es alumna. Ya ha aprobado pero ha suspendido las pruebas de acceso a la universidad y va de oyente. Federico, por lo poco que conoce a Flor, sabe que ella se jugaría por él, que daría la cara las veces que fuera necesario.
--es la novia que necesito –piensa.
Aunque ha tratado de olvidarlo en brazos de otro, Flor tiembla al estar frente al hombre.
--te portaste tan mal conmigo... Nunca creíste que fui el primero.
Federico despliega sus dotes de galán:
--es que eras una niña y alumna... Me asusté...
Federico parece receptivo y eso le gusta a Flor.
--¿en serio?
Le ilusiona pensar que pueda tener algo con él.
--Ahora eres mayor de edad y no eres alumna...
Él le acaricia el pelo. Se muestra seductor:
--¿no saldrías conmigo está noche?
Florencia ha pensando mucho en ese hombre durante esos años. Vivió su primera vez con él pero no ha tenido ocasión de conocerlo.
--sí, me gustaría mucho.
Él sonríe, se muestra dulce.
--quiero demostrarte que soy buena persona, que no te equivocaste al confiar en mí...
Flor siente que el corazón se le va a salir por la garganta. Siente que está viviendo un sueño. Todos los hombres de su vida la han utilizado al fin está con uno que parece que la valora, que la quiere hacer feliz.
1 semana después… Es por la mañana. Lorenzo y Federico se ven en la calle. Federico está paseando con Madi. Lorenzo ve a Federico. Lleva jeans.
--se le ve un buen culo –piensa.
Le gusta.
Lorenzo pero siempre lo mira con muy mala cara. Siente la lujuria de Lorenzo y eso le hace sentir cosas que le molestan y mucho. Lo mira de una manera, lo mira como si quisiera matarlo.
Además también siente que mira a su amigo con el mismo deseo y eso le hace sentir además celos de no ser el único.
--¡¡es un maldito maricón¡ ¡¡que asco da¡
Madi no le da importancia.
--Es un pobre diablo...
--¿¿¡pero es que no te molesta que esta maricona se ponga cachonda por nosotros?
Madi se encoje de hombros:
--Mientras no me toque...
--¡¡es que me toca y lo mato¡
Federico se pone furioso para no pensar en el fuego que lo abrasa por dentro cada vez que ve a Lorenzo.
Esa tarde, mientras Flor se está arreglando para salir con Fede , Delfina , como si fuera de cariño, le pregunta:
--¿y como te va con tu novio?
--bien –pregunta sorprendida.
--¿y estás muy enamorada?
Flor se queda confundida:
--enamorada... ¿que cosa será exactamente estar enamorada?
--Una debe saber si se está enamorada... digo...
--Pues yo no lo sé...
--¿pero has salido con otros, no?
--pues sí... y en aquel momento creía que era amor pero duró tan poco... No sé... estoy bien con él... no me quiero complicar. Además... sólo hace pocos días que salimos... debe ser normal.
--¿y con cuantos chicos has estado?
A Flor ya le parece sospechoso tanta pregunta:
--¿que es esta preguntadera...? me vas a hacer llegar tarde...
Cuanto Flor se va, Delfina pone mala cara.
--no va a ser feliz... no...
Entra al cuarto de su hermano.
--¿y tú no sabes quien debe ser el chico que le gusta a Flor ?
--pues ni lo sé ni me importa...
-- a ver como averiguo... pero quiero saber quien es...
--¡a mi que esa haga lo que quiera..¡
--¿estás triste por el chico que te gustó, no?
--cuidado... ¡te van a oír¡
Delfina lo mira con miedo:
--me asusta que te pueda pasar algo...
Lorenzo comparte el miedo de su hermana:
--tranquila, iré con cuidado.
Al rato, Fede y Flor pasean abrazados y como si no existiera el resto del mundo. Se besan, se acarician. Fede se deja llevar por la devoción de la joven. Le gusta sentirse tan deseo. Es la novia que le interesa, quiere que todo salga bien.
--te quiero tanto.
Ella lo mira emocionada.
--suena también... Nunca un chico me había hablado así... Pero tengo miedo... yo...
Con mucha dulzura, Fede le pone el dedo en los labios y la calla:
--no quiero que pienses en cosas tristes... me gustaría que borraras tu pasado...
Con vergüenza ella dice:
--no se puede.
Él sonríe y la acaricia:
--claro que sí puede... Pensando que tú y yo nacimos el día que nos volvimos a ver hace una semana... No tienes otro pasado más que yo... no quiero que pienses en cosas que te hicieron daño... Piensa que yo soy el único que para mi así es...
Flor lo mira feliz.
--me gusta tanto estar contigo...
Fede lo mira decepcionado. Quiere que Florencia sienta verdadera pasión por ella en caso que necesita que lo defienda.
--sólo te gusto?
--claro que no... te quiero,... estoy enamorada...
Sin pensar lo ha dicho. Y sonríe porque ahora sí está segura que eso que siente por el guapo chico es amor.
--¿que te pasa, y esa sonrisa? –pregunta él.
--es que te quiero mucho.
Él sonríe.
--Entonces querrás ser mi novia ¿¡verdad¡?
Flor no puede creer lo que escucha:
--¿tu novia? ¿quieres que sea tu novia?
A Flor nunca un chico le había hecho esta propuesta es por eso que la joven está segura que no se equivocó, que Fede no es un chico que quiere jugar con ella. Y aunque le da un poco de miedo no piensa dejarlo escapar:
--si, claro que quiero.
Fede sonríe y se besan apasionadamente.
martes, 2 de marzo de 2010
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