miércoles, 3 de marzo de 2010
Capitulo 19
Federico trata de convencer a Lorenzo que pueden seguir juntos. Federico siente que ya no podría vivir sin lo que le da Lorenzo. Éste no está dispuesto a convertirse en el amante de su cuñado.
--¡Vete, no te quiero volver a ver¡
--¿estás seguro?
--¡¡sí¡
--¡pues tú te lo pierdes¡
Aunque no lo quiere aceptar... A Federico le duele que Lorenzo lo rechace pero no lo demuestra. Federico se va dando un portazo. Se queda en la puerta. Da un puñetazo en la pared. Llora de rabia. Lorenzo se tumba en la cama. En esa cama en la que minutos antes se retorció de placer ahora se retuerce de dolor.
A las once de la mañana, vestidos de calle, Federico y Flor llegan juntos al Registro Civil. Contraen matrimonio tal y como tenían previstos. Ella llora cuando tiene la libreta de matrimonio en la mano. Él está como ausente. No deja de pensar en Lorenzo, en cómo se encamaron la noche antes.
--le gustó... le gustó estar conmigo –dice para sí—entenderá que estaba boda era la mejor... Aceptará lo que yo le pida.
A Federico le gusta pensar que tiene dominado a Lorenzo y que éste aceptará lo que él lo ofrezca. Salen juntos. Las mujeres de la limpieza han sido los testigos. En la puerta les tiran arroz.
--¡¡vivan los novios¡
Flor y Fede se besan. Escondido tras un auto, Lorenzo contempla la escena con lágrimas en los ojos.
--¡se casó¡ ¡¡se casó¡
Siente un gran dolor en su alma. Le duele que el tipo con el que se acostó el día después se haya casado, se haya casado con su hermana. Corre, llora. Grita.
Lorenzo llega a su casa muy triste. Delfina lo está esperando.
--¡me tienes ansiosa...¡¿¿cómo te fue?
Lorenzo tiene tan mala cara. Delfina no piensa que curtió la noche antes.
--Ya tranquilo... Otro día será.
Se sorprende al ver que su hermano hace su maleta.
--te vas de vacaciones?
Lorenzo está muy triste. Pone lo imprescindible.
--Me voy al pueblo...
--Sí, eso... Unos días cogiendo con Emilio te sentará bien.
--No, no es eso... No voy a volver. Me quedo en el pueblo.
--¿de qué hablas?
Delfina no quiere que su hermano se vaya. Éste habla muy triste.
--Flor y Fede se casaron esta mañana.
Delfina se ríe.
--¡que joda es esta¡
--Fede me lo contó anoche... Se han casado en secreto... Justo los acabo de ver...
Delfina se muere de rabia. Ella está sola y en cambio Flor se ha casado con el hombre que ama.
--¡¡las va a pagar¡ ¡¡no va a ser feliz¡
Lorenzo sale con su maleta.
--Ya déjalos en paz... Despídeme del viejo.
Delfina trata que su hermano se quede.
--¡los vamos a separar... seguro¡
Federico eligió, la eligió a Flor. Lorenzo no cree que pueda hacer nada.
--Flor es la esposa de Fede, ya está...
--¡¡no, no lo voy a permitir¡
En la puerta lo espera el remix. Lorenzo besa a su hermana.
--cuídate, vive tu vida y deja en paz a Flor.
--No te vayas –le ruega.
--tengo que hacerlo...
Los hermanos se despiden con amargura. Llena de odio, Delfina dice:
--¡¡no van a ser felices¡ ¡¡sea como sea los voy a separar...¡
Lorenzo llega al pueblo. Emilio lo está esperando en la puerta.
--¡¡Lorenzo¡
Se tiran el uno en brazos del otro.
--¡que ganas de verte¡ --dice Emilio.
Lorenzo necesita el refugio de su primo. Éste espera algo más de él. No esperaba verlo tan pronto. Desde adolescente ha esperado las vacaciones con mucha emoción
Flor y Federico llegan a la casa del padre de Flor. Anuncian que se han casado. Ésta noticia es recibida con bastante indiferencia por el padre y Delfina. Sólo la madrastra los abraza y los felicita con cariño.
--¿y Lorenzo? –pregunta Fede.
Federico pregunta con nerviosismo. Sus hormonas saltan al pensar en él pero es algo que no quiere que nadie se dé cuenta.
--Se fue... se fue al pueblo –dice Delfina.
Federico siente un gran dolor dentro de él. Siente ganas de llorar.
--¿¿cómo que se fue? -Fede.
Flor no le da importancia.
--Si bueno... Lorenzo se va mucho con el primo Emilio... tienen una relación muy especial ellos dos.
Federico fuerza una sonrisa. Está convencido de la relación especial que tienen Emilio y Federico. Los celos lo carcomen por dentro.
Muy ilusionada, Flor se instala en casa de Federico como su esposa. No deja de abrazarlo.
--¡¡Es que no puedo creer que seas mi marido¡ ¡Mi marido¡
Y Federico no hace más que pensar en Lorenzo. Siente rabia. Celos.
--¡¡nos acostamos y ahora está con otro¡ ¡¡está con otro¡ --dice para sí.
Siente rencor:
--¡¡Mucho hablar de que me ama pero por eso no me quiere como amante¡ ¡¡porque ya tiene a otro¡ --dice para sí.
Los celos de Federico le hacen descubrir otro tipo de sentimiento más allá del sexual que quiere reprimir. Flor vive en una nube. No se da cuenta de la tristeza de su recién estrenado marido.
--¿y vamos a ir de luna de miel?
Y Federico no la escucha porque no hace más que pensar en Lorenzo. Le atormenta pensar que se está acostando con su primo.
--¿Fede?¿me estás escuchando?
--¿qué me decías?
--La luna de miel ¿la haremos?
Federico está muy distraído.
--No... No...
Federico está muy distraído. Flor nota extraño a su esposo pero supone que es por los nervios de la boda.
--Esta noche es nuestra noche de bodas... Será inolvidable –dice amorosa.
Ella lo quiere besar pero él se aparta de ella.
--¡No, no puedo... tengo que salir...¡
Federico está ansioso.
--¡Es que me llamó mi madre... mi abuela se está muriendo...¡ ¡¡tengo que ir a verla¡
--pero ¿no murió ya tu abuela?
--¡mi otra abuela¡ --dice nervioso porque miente.
--pero ¿cuando te llamó tu mamá?¿porqué no me dijiste antes?
Federico está muy nervioso. No tiene pensado lo que está haciendo ni lo que va a hacer.
--Me llamaron esta mañana pero no te quise estropear la boda... ¡me tengo que ir¡
Federico no quiere pensar lo que hace porque si lo piensa se va a echar atrás. Va hacia la puerta. Lo sigue una sorprendida Flor.
--¿donde vas?
--¡ya te dije... a donde mi abuelita¡
--bueno, yo te acompaño y así me la presentas...
--¡¡no, no... no me gusta dejar sola la casa...¡ ¡¡te quedas en tu casa¡
Federico se va casi como si huyera no dándole opción a Flor a seguirlo. Se monta en su auto. Muy ansioso.
--¡¡Lorenzo no se va a burlar de mí¡
Mientras, Emilio se mete en la habitación de Lorenzo. Se excita al escuchar que se ducha. Se va desnudando. Tiene muchas ganas de él.
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