--¿y esta rosa? --Pregunta Flor a Fede que llega con una rosa en la mano.
--la flor más hermosa para la chica más hermosa.
Flor lo mira emocionada:
--nunca me han regalado una flor...
Fede la mira dulce:
--porqué nunca nadie te ha amado como yo.
Flor le acaricia el rostro con deseo:
--te quiero tanto.
Un poco triste él dice:
--Pero no sabías que día es hoy...
Flor sonríe. Deja la rosa en el suelo y saca un paquete:
--claro que sí, hoy hace una semana que somos novios formales.
Fede abre el paquete con ilusión. Es un cd de música. Se besan y se acarician mientras se dicen que se aman. Lorenzo los observa de lejos atormentado por los celos.
--¿¿qué es esto? –se preguntan.
Lorenzo llega a su casa furioso. Da un portazo. Delfina siempre se preocupa por su hermana. Nota su angustia.
--¿¿qué te ocurre?
Aunque lo apoya le da miedo que sea gay. Teme que le hagan algo.
--¿¿es que alguien te haga algo?
A Lorenzo se le salen las lágrimas.
--No es eso... simplemente que nunca atino... ¿porqué siempre me gustan los hetero?
--¿¿quien ese último chico que te gustó?¿el amigo del negro que también te gustaba?
--sí... Es verdad que me gustaban los dos pero... ¡¡qué rabia cuando lo he visto con la novia¡
--En fin a lo mejor el negro sí es gay...
Los dos hermanos hablan sobre la cama.
--No, lo he visto con una chica...
Delfina se muestra cariñosa con su hermano.
--Te he visto así muchas veces. No creo que sea distinto...
Lorenzo tiene muy presente la mirada de Federico, su rabia. También su trasero. Le gusta.
--Lo que pasa es que de nuevo me ha gustado el mismo chico que a Flor.
Delfina no puede creer lo que escucha.
--¿¿¡Fede es el chico que te gusta?¡
--No sé... lo he visto besándose con Flor...
--Bueno, conociendo a Flor pues a saber... Ya sabes que es una cualquiera...
--Espero que no vayan en serio. No sé si voy a poder bancarme tenerle como cuñado... Es algo raro.
Lorenzo vive frustrado. Con miedo. Le gustan los hombres pero nunca se ha atrevido a luchar por el que le gusta. Ahora pensar en tener sentado en su mesa como novio de una de sus hermanas al chico que le gusta es algo que no puede digerir. Delfina siente un odio enfermizo por su hermana.
--¡¡Esa bastarda no va a ser feliz¡ Tengo un plan para separarlos...¡
--Ya sabes que no me gusta que la llames así...
Delfina trata con mucho desprecio a Flor:
--¡¡Es una bastarda¡¿¿o es que te vas a poner de su lado?¡
--Ya sabes que no.
A veces no le gusta tener que elegir pero Delfina es su hermana favorita. Es su única hermana de padre y madre y no quiere ponerse en su contra. Además no le gusta que Flor salga con Federico.
--tú no hagas nada... déjamelo a mí...
Ve mucho odio en la mirada de Delfina y le da miedo. Más por Federico que por Flor.
--apenas lo he visto un par de veces –dice para sí-- ¿¿qué me importe lo que le pase? Delfina tampoco hará nada grave...
No quiere saber nada más. Aunque no conoce a Federico apenas no quiere que lo lastimen.
Al día siguiente, Federico y Lorenzo se encuentran nuevamente en la biblioteca. Federico va al lavabo. No tiene ganas. Simplemente es una manera de provocar a Lorenzo. Quiere saber si lo sigue o no. Federico le gusta mucho. Cada vez le gusta más. Saber que es el novio de su hermana aún lo excita más.
--¡¡No, te va a matar si se da cuenta¡ --dice Lorenzo para sí.
Quiere ir pero tiene miedo de la reacción de él. Federico le gusta mucho.
--bueno, es mi cuñado. Tampoco tiene nada raro que hable con él... Es mejor mostrarse natural –dice para sí.
Se muestra ansioso. Al borde de un infarto pero le tiene muchas ganas. No se lo quiere perder. Federico está desabrochándose los pantalones frente al urinario. Pone muy mala cara al ver a Lorenzo. Por un lado le gusta que lo haya seguido y del otro lado lo deteste. Lo mira con dureza. Casi es una amenaza. Lorenzo traga saliva pero se acerca a él.
--Tú eres Fede, el novio de Flor?
Fede se está desabrochando los botones de la cremallera.
--¡¡qué te importa¡
--Es que Flor es mi hermana...
Federico mira al chico que tiene al lado sorprendido:
--¿¿Lorenzo?¡
Éste hace que sí con la cabeza. Por la sorpresa, Federico no se preocupa mucho de la situación. Está muy separado. Lorenzo no quiere mirar pero la tentación es muy grande. Queda impresionado por el tamaño y la belleza del miembro viril.
--¡¡No me extraña –dice para sí—que se la proteja como un tesoro ¡¡sí es la octava maravilla del mundo¡ ¡Nunca había visto una verga tan grande y bonita¡
Es muy larga y oscura. Se le salen por la cremallera muchos pelos genitales. Lorenzo está muy caliente. Le encantaría hacerle una mamada en ese mismo momento. Federico siente la mirada de Lorenzo sobre su verga y le excita y además le pone nervioso pero ahora que sabe que es hermano de Flor tampoco se atreve a rechazarlo de una forma muy brusca. Aunque lo odia, le gusta ver que le mira la verga. Sentirse tan deseado. Federico siente ganas de golpearlo pero a la vez le gusta ponerlo cachondo para luego dejarlo con las ganas.
--pues que curioso... y aquí nos encontramos todos... guapos feos, heteros, gays...¡ al final todos acabamos meando en el mismo sitio –va diciendo.
Lorenzo va asintiendo. Muy nervioso. No sabe si el comentario va con alguna mala intención. Recuerdo el odio con el que lo miró la vez que coincidieron y le sorprende que ahora le deje mirar. Sólo se la ve un momento porque no quiere ser muy descarado, teme que Federico le pueda decir a Flor que su hermano se ha dedicado a mirarle la verga mientras hacían pis en un lavabo público. Lorenzo no quiere mirar pero Federico le va dando conversación. Le habla de tonterías y eso le da opción al otro de mirarlo a los ojos pero también de mirarle la verga. Están un buen rato así. Los dos con la verga entre las manos. Federico también se sorprende mirándose a Lorenzo pero es de reojo y Lorenzo no se da cuenta. No es tan grande como la de Federico (unos 15 centímetros en reposo y 4,5 de grosor) pero la de Lorenzo tampoco está nada mal (10 centímetros de largo con 3,5 de grosor)
--No está nada mal –piensa Federico.
Y él se enoja consigo mismo.
--¡¡tú eres macho, ¿¿para qué le miras la verga? ¡¡qué te importa¡ --piensa.
Le tranquiliza que Lorenzo no se haya dado cuenta porque está demasiado pendiente de mirarle la verga a Fede. Se la ve durante un buen rato y lo disfruta mucho. Ninguno de los dos hace pis, los dos se la tienen agarrado. A Lorenzo le da la impresión que el miembro de Federico está creciendo pero ni se le pasa por la cabeza que esté cachondo. Federico se la guarda antes que sea más evidente que está excitando.
--bueno, pues ya nos veremos...
Federico se muestra educado aunque brusco. Los dos están muy sofocados. Nada más irse, Lorenzo se pega en el urinario que ha usado Federico y se masturba pensando en él. Federico está muy rabioso. Sale del baño. Golpea la pared con rabia y eso le gusta mucho.
Nada más llegar a su casa, Federico se da una ducha fría. No se saca de la cabeza la imagen de la verga de Lorenzo.
--¡¡no soy gay... no soy gay¡
Pero tiene en su boca el sabor del pene del travesti al que se la chupó meses atrás y aunque él mismo se lo quiere negar le gustaría chupársela a Lorenzo.
--¡¡no, no¡
Se enoja consigo mismo. Da puñetazos a la pared.
Lorenzo, por su lado, ha ido a buscar a Delfina a su trabajo. Después de verle el pene, Lorenzo no quiere que Flor disfrute de esa. Se desahoga con Delfina.
--¡¡hay que hacer que rompan¡ es que no te imaginas que pedazo de trompa tiene¡
--que suertuda la zorra de la bastardita que la disfruta¡ ¡¡pero no será por mucho tiempo...
Los dos sienten celos y rabia por lo que tiene en su cama Flor y ellos no.
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