martes, 2 de marzo de 2010

Capitulo 5


























Son Carnavales. Flor y Adrián no se pierden la fiesta que se celebra en la escuela
--ven, vamos a mi casa –dice él.
Flor piensa que por fin le va a hacer una propuesta “deshonesta”. Se sorprende al ver que está la madre de él. Entran en el dormitorio de matrimonio. Hay traje de bodas.
--son los de mis padres... ¿no te parece romántico que nos disfracemos de novios?
Flor toma el velo emocionada. Casi llora. Adrián se lo arranca de las manos y dice:
--¡la novia soy yo¡¡
El chico se pone el velo y se parte de risa.
--¡eres un loco¡¡
Adrián le da a ella el traje del novio y le dice:
--¡¡este es el tuyo¡¡
Adrián toma el vestido de la novia y dice:
--y ahora te dejo para que te vistas...
Cambiados los papeles Flor y Adrián se encuentran en la sala. Ella se parte de risa.
--¿es que no estoy guapa? –dice él burlón.
Ella no dice nada. Sólo ríe.
--no te rías...
--¡¡es que me meo¡¡ --dice la otra divertida.
Adrián se levanta el velo y estrecha la chica contra su pecho y le dice:
--si no estuviera mi madre te demostraría que a pesar de estar disfrazado de tía soy muy macho...
Ella lo acaricia con deseo.
--lo sé... nadie lo pondría en duda...
Adrián la mira con orgullo. Se pone el velo y con gestos afeminados y muy burlones dice:
--vamos, querido.
Él se abraza a ella que se parte de risa. Son la atracción de la fiesta. Adrián no deja de besar y acariciar a su chica salvajemente. Pega su cuerpo al de ella y le hace sentir todo su cuerpo. Los dos se desean pero él tiene miedo ofenderla si le propone algo más y ella que piensa mal así que los dos se callan sus ganas de estar juntos.

Ha llegado el final de curso. El grupo de Adrián va de viaje a Roma. Todos están muy contentos. La situación es algo incómoda ya que Lorenzo está entre sus compañeros y también Flor que aunque no le tocaba logró ir porque sobraban plazas. Flor y Adrián se ignoran en público. Lorenzo está muy alterado ya que desde lo que pasó nunca lo había tenido tan cerca. Se han ido viendo pero Lorenzo siempre lo ignoró e hizo un gran esfuerzo por enterrarlo. Cerró su corazón con llave para evitar hundirse por todo el mal que le hizo, quiso hacer como si no existiera. Cuando lo vio en el aeropuerto con su maleta Lorenzo ya supe que su presencia lo trastornaría. Durante las casi 24 horas que duró el viaje en avión y luego autocar no hacía más que oírlo hablar, reir y Lorenzo temblaba... Cuando bajaban a descansar Lorenzo siempre lo miraba y cuando sus ojos se encontraban sentía un calorcito por todo el cuerpo. Han dormido en el avión y Lorenzo se sentía tan extraño en saber que él estaba tan cerca. Antes de llegar al albergue pasan por Pisa para comer y se separan en grupo y cada uno, Flor también, se fue por su lado. A Lorenzo le entristeció separarse de él pero a la vez la alegra porque lo altera mucho su presencia... lo mira y suspira... Es tan guapo, su cuerpo es perfecto... Es un morenazo impresionante que vuelve loco a cualquiera... Lleva una camiseta negra muy ceñida y unos tejanos rotos que dejan al descubierto sus rodillas... Adrián mira a Lorenzo de reojo y aunque Lorenzo no quiera la herida se abre...
--viví mi primera vez con él –piensa—y aunque fue una apuesta nos acostamos de verdad. Eso no lo fingió.


















A primera hora de la mañana, el grupo empieza con su visita. Están en Florencia. Hay momentos en el que el grupo se separa pero están practicamente todo el día juntos. Ver a Adrián a casi todas las horas lastima mucho a Lorenzo. Le duele porque le recuerda mucho que fue suyo y Adrián se burló de él. Lorenzo se aparta de él siempre que puede. No soporta verlo, sentirlo. No soporta estar con él y que Adrián se muestre indiferente con él. A Lorenzo la matan los celos porque sabe que es el novio de Flor aunque ellos no lo han hecho público. Lorenzo no sabe la razón pero ya se imagina que Adrián no pretende nada bueno con su hermana. Le duele que se vaya a reír de ella y a la vez le dan celos porque le gustaría ser él quien disfrutara del cuerpo del chico.

Entre otras maravillas ven al David de Miguel Ángel que es el hombre perfecto pero de marmol. Lorenzo piensa triste que Adrián también es el hombre perfecto y es de carne y hueso.
--Fue mío... Fue mío...
Lorenzo vibra. Tiene gravado a fuego en su piel todo el placer que le hizo sentir el guapo chico en su primera vez.

De museo en museo, Lorenzo procura concentrarse y no estar siempre pendiente de Adrián pero al albergue a la hora de la cena le es imposible no verlo. Procura sentarse lejos de él pero lo ve sentado cara a ella y le atormenta sobre todo cuando él se levanta. No deja de mirarlo y no puede comer nada. A menudo Adrián la sorprende mirándolo y Lorenzo hace que come avergonzada.
Después de cenar van a una discoteca. Tiene al guapo chico delante por mucho rato. Mira como baila, como se mueve... Es tan sexy. Lo acaba perdiendo de vista (Flor también desaparece pero Lorenzo no los ve juntos.)
A Lorenzo le da mucha rabia pensar que el apuesto chico era suyo pero que Adrián lo engañó. Está convencido que Adrián gozo estando con él.
--¡Se dejó llevar por sus amigos... seguro que sintió algo por mí... ¡ ¡¡que está ahora arrepentido¡ --piensa.
No sabe si esa es la verdad pero es lo que le gustaría creer.


El viaje sigue. Lorenzo se distrae con la visita. Está comprando postales de la bella ciudad. Está tan concentrado que no se da cuenta que él está en el otro lado del expositor. Al agarrar una postal, sin darse cuenta él, ha tocado una mano. Entonces se da cuenta que es él, que es Adrián . Sentir el tacto de la mano de él la quema por dentro. Él la mira y ella enrojece.
--perdón –dice Lorenzo retirando la mano sofocado.
Muy galantemente Adrián le pasa la postal que querían agarrar los dos. La dulce mirada de él penetra en Lorenzo y llega hasta su corazón.
--no pasa nada –le dice él con una voz tan dulce que a Lorenzo la hace temblar de emoción.
Se miran en silencio. Lorenzo siente como si no hubiera pasado el tiempo. Siente como si aún el chico fuera aún su “amigo”. Lorenzo siente deseos de lanzarse en sus brazos. Lo ama. Lorenzo espera que él rompa el hielo pero no lo hace. Se va y Lorenzo lo sigue con la mirada. Él se gira y eso ilusiona a la chica pero no se quiere hacer ilusiones

Son muchas emociones las que embargan a Lorenzo. A veces está triste y a veces contento. Dentro de él hay toda una revolución. Cuando se va a acostar sólo piensa en una cosa: en él. Necesita verlo y a la vez le hace daño. No soporta haberlo tenido y haberlo perdido.

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