miércoles, 3 de marzo de 2010
Capitulo 21
Lorenzo y Federico se acercan a un barco.
--Este barco era de mi abuelo. Lo he comprado porque sé que te gustan los barcos. Será mi casa. No viviré con mi primo. Aquí te esperaré cuando quieras venir a verme --dice Lorenzo
Aunque no demuestra sus sentimientos, ese gesto es muy importante para Federico. No le gustaba nada que Lorenzo estuviera bajo el mismo techo que Emilio. Luego mira a su cuñado con cara de pícaro y le dice:
--siempre he querido hacer el amor sobre el agua...
Lorenzo lo ayuda a subir. En la cubierta ha preparado una mesa con velas y él mismo ha servido la merienda-cena.
--¿y todo esto lo has preparado tu?
--claro que sí... soy un gran chef...
Aunque cuando saca el vino se le cae la factura del restaurante. Lorenzo sonríe tímidamente. Federico lo quiere ayudar tanto a servir como a recoger pero él no se lo permite y con mucha dulzura dice:
--tú eres mi invitado especial y lo único que tienes que hacer es gozar...
--eres un dulce --dice Fede sonriendo.
Después, besándolo y acariciándolo Lorenzo lo conduce hasta el único camarote del barco y allá hacen el amor mientras las olas los balancean. Después reposan el uno en brazos del otro.
--¿que tal?
Lorenzo lo acaricia enamorado.
--me encantó hacer el amor contigo en un lugar nuevo...
--pues anda que a mi --dice él con cara de degenerado.
Lorenzo lo besa feliz:
--eres el chico más guapo, detallista y tierno del mundo...
-- te amo tanto... --susurra Lorenzo.
A Federico cada vez le molesta menos que Lorenzo le diga que lo ama. La pareja se sonríe y se besa.
La vida matrimonial de Federico y Flor no es buena. Federico se levanta de la cama. Está desnudo. Su esposa frustrada.
--¿otra vez no puedes?
--Lo siento…
Flor se enoja.
--¿¿para qué te casaste conmigo? ¡¡desde que eres mi marido no me tocas¡
Federico no hace sino pensar en Lorenzo y no le apetece estar con nadie más y menos con Flor.
--¡es que estoy cansado¡
--¡No será que es cierto lo que dice Delfina… ¡qué te acuestas con otra¡
--¡¡Ya no vuelvas con tus celos enfermizos¡
Federico aprovecha el enojo de su esposa para irse y viajar esa noche al pueblo. No imagina que Delfina y Sonia han trucado unas fotos y Lorenzo tiene en su poder unas fotos que al día siguiente verá Flor. Delfina se las mandó sin imaginarse el daño que le iba a hacer, no le ha dicho que son falsas. Federico llega muy emocionado al barco. Tiene ganas de ver a Lorenzo.
--¡la sorpresa que le voy a dar¡
Lorenzo siempre se muestra feliz cuando lo ve y eso le gusta. Esa noche es distinto. Lorenzo le golpea y le tira las fotos de Delfina.
--¡No quiero verte más¡
A Federico le duele que Lorenzo no crea en él. Se va. Cada uno pasa la noche separados, pensando y llorando por el otro.
Fede se pone su mejor ropa. Una camiseta negra muy ceñida y unos tejanos blancos estrechos que hacen suspirar a cualquiera. Lo ha citado a Lorenzo en un bar. Iba a irse pero no ha querido dejarlo sin luchar. Lo espera impaciente. Al verlo se levanta.
--gracias por venir...
y Lorenzo ya está a sus pies aunque trate de disimular. Federico le retira la silla galantemente para que se sienta.
--¿que quieres tomar?
Lorenzo no quiere nada, él tomaba una cerveza. Con voz dulce y segura Federico dice;
--te quiero... yo no tengo nada que ver con esas fotos… ¿no has hablando con Delfina?¿estás seguro que no es una trampa?
Lorenzo no le ha querido preguntar. Ha tenido miedo que le dijera que no. Federico le agarra de la mano. El contacto de su piel y su mirada lo vencen a Lorenzo…
--Te juro que desde que estuve contigo no he estado con nadie. Vamos al barco. Te lo voy a demostrar.
Su voz y su mirada es tan tierna que Lorenzo no le sabe decir que no. Necesita creer en él. Lo quiere. Además ha puesto demasiadas ilusiones en esa relación,
En la tarde Olivia va a visitar a su amiga. Flor llora viendo esas fotos.
--Unas fotos no es nada… Puede ser photoshop.
--si pero Federico está muy extraño…
--¿crees que te engaña?
--Desde que nos casamos no hacemos el amor.
--¿y porque no te deja?
Eso tiene muy confundida a Flor.
--Si tú lo amas… lucha por tu matrimonio…
--si, seguro que todo fue una trampa de Delfina… No voy a permitir que ella me separe del hombre que amo… Yo haré como si nada. No he visto las fotos, le prepararé una cena sorpresa a Fede… Seguro que esta noche no me deja sola. Flor ama a Fede y está segura que lograran vencer todos los obstáculos.
Mientras, Fede y Lorenzo están en el barco. Desnudos salen a cubierta. También se duchan. Con una manguera el uno moja el cuerpo desnudo del otro. A ambos les excita mucho ver el cuerpo desnudo del otro mojado y lleno de jabón. Se toca todo lo que quieren. Están más de doce horas juntas.
--ha sido alucinante… no quiero que te vayas… --Lorenzo.
--debo hacerlo…
Los dos se abrazan. Lorenzo lo mira llorando desde el barco. Lorenzo sufre al verlo marchar ya que no sabe cuando lo volverá a ver. Se miran una vez más:
--te amo,
-- quédate tranquilo… todo se arreglará. Yo volveré.
y él se va. Lorenzo siente un vacío muy grande cada vez que Fede lo deja para volver con su esposa.
Después de la tempestad llega la calma. Las fotos truncadas de Delfina no tienen consecuencias. Delfina no se vuelve a meter con ellos y Federico espera que sea para siempre. Fede no quiere renunciar a su fachada de hombre casado ni a vivir con Lorenzo pero tiene claro que no le puede cumplir a Flor. Llorando le inventa que está enfermo.
--Me quedé impotente… Estoy en tratamiento… No sé que hacer.
Flor no sabe si debe creer en las palabras de su amado. Además los continuos viajes de él la hacen sospechar. Fede siempre le dice a Lorenzo que sería más fácil si no viviera lejos pero es que Lorenzo no se ve capaz de mirar a los ojos a su hermana cuando se acuesta con su esposo. Federico llega al barco de Lorenzo con una rosa. A Lorenzo le hace muy ilusión. Se abrazan y se besan entusiasmados. Pasan la mañana en alta mar. Por el barco tomados de las manos, se revuelcan tanto en popa como en estribor, se bañan desnudos, se besan bajo y sobre el agua. Al subir a cubierta, Fede lo abraza fuertemente. Cada vez le va abriendo más a Lorenzo su corazón. Va aceptando lo que siente.:
--¡¡nunca como contigo he sido tan feliz¡
--tú eres lo único que me da fuerzas para sentirme bien –dice Lorenzo.
Lorenzo grita una y otra vez que por él es el hombre más feliz del mundo.
--¡¡sólo me importas tú¡¡¡no me puedo creer que estés a mi lado¡
Fede lo mira sonriente. Ya no le molesta que Lorenzo le hable de amor. Le gusta.
--me siento grande gracias a ti y que no me lo merezco. Nunca me han querido como tú.
Muy emocionado Lorenzo lo besa apasionadamente y le dice:
--¡eres lo más grande del mundo, de mi vida. Te lo mereces todo¡
Entonces Fede se saca una medalla que tiene en su cuello desde niño y que fue regalo de su abuela. Se la pone al cuello a Lorenzo mientras le dice:
--está medalla siempre ha sido muy especial para mi y ahora que tú eres mi vida quiero que seas tú quien la lleve…
Fede lo mira con mucha dulzura y él se siente increíble. Con Fede Lorenzo se siente pleno.
--No renunciará a ti lucharé por ti hasta la muerte… --dice Lorenzo
--espero que no haga falta tanto –dice Fede-
Vuelven al agua bien contentos.
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